El ciberactivismo defiende los derechos humanos y los ODS en conexión con las necesidades reales de los seres vivos o del planeta.
¡Muy bien!
¡Incorrecto! El activismo auténtico no es el políticamente correcto, sino el que hace referencia a normas éticas refrendadas por el derecho internacional y por la filosofía.
El ciberactivismo participa de campañas promovidas por ONG solventes o agencias públicas e institucionales, ligadas a programas de acción social.
¡Muy bien!
¡Incorrecto! El activismo real se compromete con las personas a través de organizaciones que emplean a profesionales de la acción humanitaria y la ayuda al desarrollo.
El ciberactivismo solo sirve de enganche para que la gente se afilie a un partido o haga donaciones para el provecho de alguien.
¡Muy bien!
¡Incorrecto! La propaganda política o el crowdfunding por intereses privados son perfectamente lícitos, pero no son formas de activismo digital.
El ciberactivismo no tiene relación con una práctica mejoradora o transformadora en la vida real, sino que simplemente se usa para generar opinión o polarizar al público.
¡Muy bien!
¡Incorrecto! Los medios sociales son escenarios de batallas culturales, pero la voluntad de persuadir no es el fin principal del activismo, sino la demostración de hechos que afectan a personas o seres vivos.